Dilema del prisionero en tiempo real
Hoy se vio en televisión un buen ejemplo sobre la aplicación del dilema del prisionero en la vida real, en la línea de mi artículo sobre la aplicación del dilema del prisionero a los atascos de tráfico. Es un dilema del prisionero… literalmente.
Aunque en este caso no es el dilema del prisionero tradicional sino una variante llamada «la batalla de los sexos» que se resumiría de esta manera: una pareja quiere quedar para ver un espectáculo; ella preferiría ir al teatro y él preferiría ir al cine; sin embargo, no pueden comunicarse en el momento de tomar la decisión y deben decidirlo por separado. Lo mejor para ambos es coincidir, aunque uno de los dos deberá ceder en sus gustos. Lo peor es no coincidir, aunque vayan al espectáculo que querían. Y lo mucho peor es no coincidir habiendo ido cada uno a ver el espectáculo que gustaba al otro.
Simplificando, estos dos simpáticos fugados podrían ser la pareja del ejemplo.
- Opciones posibles: colaborar (no oponer resistencia al otro) o competir (arrastrar al otro).
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- Casos:
– A compite y B colabora: escapan por la iniciativa de A.
– A colabora y B compite: escapan por la iniciativa de B.
– Ambos compiten: no escapan y tienen uno al otro para culparse.
– Ambos colaboran: no escapan y quedan como dos imbéciles.
Colabora | Compite | |
Colabora | 0,0 | 2,3 |
Compite | 3,2 | 0,0 |
Este es un buen ejemplo de cómo en la vida real a veces se elige la peor estrategia posible.