¿De qué me suena? Roque Baños y Danny Elfman

Hace tiempo que quería dedicar un artículo de parecidos razonables del compositor murciano Roque Baños, y qué mejor momento que ahora, tras recibir el premio Goya del 2009 a la mejor música original por Los Crímenes de Oxford.

Roque Baños es un autor ya consagrado. Aunque no he escuchado todas sus bandas sonoras, las que he oído en el cine siempre han tenido algo en común: al terminar la película he buscado su nombre con interés en los títulos de crédito, cosa que sólo hago cuando siento que la música es parte de la historia, que sin ella la película sería otra. Porque este es un compositor con estilo propio, con carácter, y a veces con influencias claras de otros compositores actuales que él adapta al tono y el ritmo de la película que trate, y que convierte en suyas. No en el sentido de copia, sino de espíritu, creando su propia interpretación.

Roque Baños

Roque Baños

La primera vez que escuché su trabajo en el cine fue en El corazón del guerrero, película de Daniel Monzón en la que quedé gratamente sorprendido por el estilo musical que contenía. Había secuencias de aventuras clásicas, de acción, que traían a la memoria momentos clásicos, una especie de John Williams a la española, y se me quedó grabado su nombre.

Claro que entonces no sabía que Roque Baños ya llevaba un largo historial de éxitos a sus espaldas. Como se puede ver en su página web, ya desde su formación en el Berklee College of Music de Boston (por donde también pasaron figuras como Alan Silvestri y Howard Shore) recibió premios por su capacidad para la composición de música de cine. Hay un buen resumen de sus obras en dicha página.

El motivo de esta entrada en el blog fue la música de La Comunidad, de Alex de la Iglesia. Tengo un problema: soy un fan incondicional de Danny Elfman. Todas sus bandas sonoras me gustan. Tanto, que detecto parecidos a la menor ocasión (como me ocurrió con Ultraviolet) o, por ejemplo, hay momentos de Los Crímenes de Oxford que me recuerdan al tema principal de Mars Attacks. Siendo así, cómo no me iba a emocionar encontrarme, al comienzo de La Comunidad, con un tema principal con toques Elfman por doquier, unas trompas a lo Batman en una frase, unos violines a lo Eduardo Manostijeras en otra… el estilo estaba ahí, no llegaba a ser copia, y era muy bueno. Y entonces llegó la persecución y ¡zas! Ahí estaba, con el mismo piano y todo, el tema principal de Bitelchús.

Comparación de los dos temas

La Comunidad Tema Principal

La Comunidad

Beetlejuice Beetlejuice

Beetlejuice

Es un parecido evidente. No descubro nada nuevo, ni tampoco es mi intención. Sólo espero ayudar a que la gente a la que le guste este estilo pueda descubrir otros autores con un sonido similar. De nuevo han sido dos compositores contemporáneos, aunque espero volver a la música clásica en breve.

Se me ocurre un paralelismo más. Podría ser que, poco a poco, Roque Baños y Alex de la Iglesia se estén convirtiendo en colaboradores asiduos, con la música de uno cada vez más adecuada al tono oscuro, humorístico del otro, lo que recuerda al dúo formado por Danny Elfman y Tim Burton, de los que no podemos ya separar sus imágenes de su música. Hasta el momento han sido 6 las colaboraciones entre ambos:

Alex de la Iglesia y Roque Baños

Muertos de Risa (1999)
La Comunidad (2000)
800 balas (2002)
Crimen ferpecto (2004)
La habitación del hijo (2007) (para TV)
Los Crímenes de Oxford (2008)

Si Alex de la Iglesia es nuestro Tim Burton, Roque Baños sería el Danny Elfman español. Los Crímenes de Oxford es una banda sonora que demuestra hasta dónde este compositor ha conseguido un estilo personal, que en otras películas recordaba más al estilo sinfónico de John Williams. Sin duda, la trayectoria de Roque Baños va a ir a más y aún no hemos escuchado todo de lo que es capaz.

3 de Respuestas

  1. Ni! dice:

    Sergi, no sé si lo de las «querencias» lo dices por la música de La Comunidad o en general, pero… sí, cuando hablo de mis favoritos tiendo a ser más benévolo. ;)

    Es un tema difícil el llegar a llamar a algo «plagio», pues como bien dices, todo compositor tiene sus maestros y sus fuentes de las que bebe y la línea que separa la influencia de la vulgar copia puede ser bastante subjetiva. Por ejemplo, mencionas a Hans Zimmer como ejemplo de «ladrón»; yo imagino que uno de los ejemplos a los que te refieres es el de la banda sonora de Gladiator. Sus parecidos con la suite de Los Planetas de Gustav Holst llevaron a sus herederos a presentar una denuncia de plagio contra Zimmer. Aunque a mí me parece que James Horner tendría muchos más motivos para recibir acusaciones parecidas.

    Y estoy completamente de acuerdo contigo, pocos directores aprecian el gran valor que una banda sonora aporta a una narración cinematográfica. Recuerdo el dato que comentas sobre Prokofiev, no sé dónde lo leí pero el director sí era Eisenstein y se trataba de la película Alexander Nevsky, que era la primera con sonido que él rodaba (hablamos de los años 30). No creo que hoy en día ningún director llegue a esos extremos, pienso que lo más parecido son algunos tándem director-compositor que consiguen encontrar la proporción adecuada entre ritmo cinematográfico y musical, como Spielberg-Williams o Burton-Elfman.

  2. Sergi dice:

    Por cierto, veo que he metido teclazos que hacen daño a la vista por todas partes, jeje. Es que este formulario me muestra el texto que escribo en gris claro sobre blanco, así que es un poco com oescribir a ciegas.
    Mis disculpas

  3. Sergi dice:

    Tengo la impresión de que a veces las «querencias» pueden llevarnos a calificar de homenaje o inspiración lo que es puro plagio…

    La cita o el homenaje se han dado siempre (que se lo digan a Bach que sin pudor alguno adaptaba conciertos de Vivaldi o Marcello para otros intrumentos), en la música contemporánea la cosa creo que es aún más habitual (ejemplo típico: el tercer movimiento de la sinfonía de Berio, que es un collage de compositores desde Beethoven hasta Pierre Boulez pasando por Schönber, Ravel o Stravinski), PEro todos estos casos o bien se trataban de meras transcripciones, respetando la música o bien de citas o inspiración para hacer algo nuevo que como conjunto no suena en absoluto a las piezas que «recicla», pero lo de los compositores de cine hay veces que n otiene nombre. Williams se inspira, coje temas y motivos de aquí y de allá y le da un toque personal que funciona, tiene una coherencia y una homogeneidad, pero otroso como Hans Zimmer me parecen auténticos ladrones que escriben bandas sonoras en las que las mejores partes son precisamente las que ha tomado y maquillado levemente de otros.

    En fin, tal vez algún día la música de cine pueda dejar de ser la p*ta de los géneros musicales; tal vez algún día los directores la traten de igual a igual, como hacían los directores soviétidos que encargaron música a Shostakóvich, Jachatiruán, Prokófiev y tantos otros. Creo que es en el libro de alex Ross «El ruido eterno» donde menciona que, creo que era Eisenstein, incluso esperó a que, no recuerdo si era Prokófiev, terminase la partitura para rodar la escena. Increíble, verdad? Es la diferencia entre un artista y un mercachifle de imágenes como suelen ser la mayoría de directores.

    Saludos.

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